Shinichiro Watanabe, productor de anime excéntrico y original a la par, introduce siempre aire fresco en el (en ocasiones) repetitivo mundo del anime. Las series en las que participan destacan por tener elementos innovadores, ya sean sonoros (como la BSO de blues y jazz de Cowboy Bebop o la de hip-hop de la serie que nos atañe), o de un aspecto visual que rompe esquemas, como ocurre en los dos cortos de Animatrix que dirigió (Kid's story y Detective Story).
Para que os hagáis una idea, la serie está ambientada unas decenas de años antes que El Último Samurái. Es decir, antes de la apertura de Japón al mundo moderno de la era meiji. Las "puyas" a la xenófoba sociedad japonesa de entonces estarán a la orden del día así como la aparición espontánea de algunos occidentales de relevancia en la historia de Japón.
Un día de trabajo, Fuu, una chica de 15 años, atiende en la casa de té de sus tíos a varios samuráis problemáticos. Tras "cantarle las cuarenta" al grupito por sus malas maneras, los samuráis maleducados, comandados por el malcriado hijo del mandamás de la ciudad, intentan cortarle la mano a Fuu. Mugen, un vagabundo de carácter tosco pero con un asombroso control de la katana salva a Fuu de las garras de los malhechores (a cambio de unos pasteles claro). Durante la pelea, entra en la casa de té Jin, un refinado y misterioso samurái sin señor. Debido a la confusión, Mugen ataca a Jin creyendo que es también parte del séquito del niñato, y como Jin es todo un caballero acepta el duelo a muerte con Mugen sin ni siquiera intentar explicarle que todo es un error. Durante la pelea se incendia la casa, lo que provoca la muerte del hijo del señor feudal y el arresto de Jin y Mugen, que serán ejecutados al día siguiente. A todo esto, Fuu, que tras quedar el negocio de sus tíos convertido en cenizas no tiene a donde vivir, decide ir al calabozo donde se encuentran Mugen y Jin para proponerles un trato: ella les ayuda a escapar si a cambio la acompañan en un viaje que quiere realizar en busca del "samurai que huele como los girasoles". Mugen y Jin aceptan y así comienza la historia de un viaje por todo Japón.
Mugen y Jin en la intro
Fuu y la pregunta central de la serie
Pelea, pelea...
Americanos tenían que ser
1 comentario:
Me gusto mucho esta serie, el estilo de dibujo era original, el ritmo interesante y el curioso estilo de lucha de Mugen. Ademas, la historia estaba bien.
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